...todo sigue igual. Felizmente igual, en su esencia. Tal vez algo envejecido, pero igual.
Y es que ayer recibí una llamada que me hizo inmensamente feliz, que logró incluso sacarme de esta isla emocional que es el embarazo y me hizo sonreir tontamente mientras caminaba por la calle o iba en el bus.
¿Cuántos años sin contacto, Carlota? ¿Ocho? ¿Más? Y al medio minuto de conversación telefónica ya sentía que habíamos hablado ayer mismo. No has cambiado nada y gracias a ti yo también he sentido que no he cambiado, sí en la forma, no en el fondo.
Me hiciste sentir orgullosa de ti, pero también de mi, porque hablar ayer contigo me mostró mi vida en perspectiva: tú sigues amando con locura la tierra y la libertad, yo sigo adorando la noche y el rock, y ahora esas son nuestras formas de vida, nuestros sustentos, nuestros "negocios". Y en la cabeza y el corazón las mismas ideas y proyectos para el mundo.
Sentí que podía decirle a Alma con la cabeza alta que siempre fui quien quise ser, y que perseguí mis sueños. Algunos los dejé por imposibles, y lo admitiré sin vergüenza, pero es que eso son, sueños.
Me alegra saber de ti, que estás bien, que sigues bien. Me alegra saber que también dudas, porque así me convenzo de que eres una persona real. Me hace feliz saber que una de las personas que más ha aportado a mi desarrollo personal me recuerda. Me alegra saber que sigues escribiendo cartas con papel y pluma y que pronto tendré el orgullo de recibir una de ellas, y que gracias a eso yo también apartaré el teclado del ordenador para dejar espacio al bloc. Y que por momentos volveré a tener quince años.
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1 comentario:
Imagina't un personatge de còmic d'Ibáñez tirat en terra, amb un braç al front i l'altre pegant cops de puny a terra, amb llagrimetes saltant dels ulls i dient: "Deje, deje...". Així he estat jo una estona en llegir la invitació de Bolita :)
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